Cuando tu Sistema Nervioso se Vuelve un Refugio:
Sanando desde el Amor y la Seguridad
Si en tu infancia sufriste abuso, maltrato o un ambiente donde no te sentiste segur@, quiero que sepas que no estás rot@. No hay nada malo en vos. Tu cuerpo, tu mente y tu corazón hicieron lo mejor que pudieron para protegerte y sobrevivir.
Tu sistema nervioso es como un guardían silencioso que aprendió a adaptarse al peligro. No tuviste el control sobre lo que pasó, pero hoy sí podés empezar a entender cómo tu cuerpo y mente aprendieron a reaccionar, y cómo podés recuperar tu bienestar poco a poco.
Voy a explicártelo con mucho amor, con la intención de que entiendas que tus respuestas no son fallas, son estrategias de supervivencia.
Cuando éramos niñ@s, necesitábamos sentirnos segur@s…
Un niño o una niña nace con una necesidad biológica de seguridad y amor. Lo ideal es crecer en un ambiente donde nos cuiden, nos abracen y nos protejan. Cuando esto sucede, nuestro sistema nervioso se desarrolla en Modo Seguridad y Conexión (Vago Ventral).
- Nos sentimos querid@s y valorad@s.
- Aprendemos que el mundo es un lugar seguro.
- Podemos expresarnos sin miedo.
- Desarrollamos confianza en los demás y en nosotr@s mism@s.
Ejemplo: Un niño que llora y recibe un abrazo amoroso aprende que su emoción es válida y que no está sol@.
Pero cuando el hogar no es un lugar seguro…
Si creciste en un entorno de abuso, gritos, violencia o negligencia, tu sistema nervioso se adaptó para sobrevivir. Y esa adaptación no fue una elección, sino un mecanismo automático del cuerpo.
- Modo Pelea o Huida (Simpático): Tu sistema nervioso aprendió a estar en alerta constante. Quizás sentiste que siempre tenías que defenderte o escapar, aunque no pudieras.
- Tu corazón se acelera, tu cuerpo se tensa.
- Tenés ansiedad, miedo, dificultad para relajarte.
- Podés ser muy autoexigent@ o estar siempre “list@ para reaccionar”.
Ejemplo: Un niño que vive en un hogar con gritos constantes puede crecer con la sensación de que siempre hay un peligro inminente, incluso cuando ya no lo hay.
Modo Colapso o Desconexión (Vago Dorsal)
Si el peligro era demasiado grande o duró mucho tiempo, tu sistema nervioso se apagó para protegerte.
- Te sentís agotad@, sin energía o desconectad@.
- Podés tener dificultad para sentir placer o disfrutar.
- Podés experimentar tristeza profunda, sensación de vacío o la necesidad de aislarte.
Ejemplo: Un niño que sufrió abuso puede aprender a "irse mentalmente" para no sentir. De adulto, este mecanismo puede manifestarse como disociación, depresión o dificultad para conectar con sus emociones.
Lo Más Importante: Todo esto fue una Respuesta de Supervivencia, No Quiere Decir que Estés Rot@
Si viviste trauma, tu cuerpo hizo lo que tenía que hacer para mantenerte a salvo. Ahora podés aprender nuevas maneras de sentirte segur@, sin necesidad de estar en alerta o apagarte.Podés reentrenar tu sistema nervioso para que vuelva a sentir seguridad, amor y conexión.
Paso a Paso: Recuperando tu Seguridad Interna
1. Entender que NO fue tu culpa.Nada de lo que pasó define tu valor. Tu cuerpo y tu mente hicieron lo mejor que pudieron con las herramientas que tenían. No hay nada malo en vos.
️ 2. Empezar a notar en qué estado estás.Preguntate con amor:
¿Me siento segur@ y conectad@? (Vago Ventral)¿Estoy ansios@, en alerta o irritad@? (Modo Pelea o Huida)¿Me siento agotad@ o desconectad@? (Modo Colapso)
️ 3. Técnicas para empezar a recuperar tu bienestar.
Si estás en Modo Pelea o Huida:
* Respiración profunda (inhalar en 4 segundos, exhalar en 6) ️
* Movimiento suave (caminar, estirarte, bailar) ️
* Recordar que hoy ya no estás en el peligro del pasado.
Si estás en Modo Colapso o Desconexión:
* Pequeñas acciones: tomar agua, escuchar música, mover los dedos de los pies.
* Recordar que tu cuerpo puede despertar poco a poco, sin presión.
* Buscar conexiones seguras, aunque sea con un animal o la naturaleza.
Si estás en Modo Seguridad y Conexión:
* Disfrutalo y permitite sentir placer sin culpa.
* Reforzá lo que te hace bien: arte, amigos, abrazos, escribir. ️
Si creciste en un entorno inseguro, tu cuerpo y mente se adaptaron para sobrevivir. Pero hoy podés empezar a reescribir tu historia.
- No tenés que hacerlo de golpe.
- No tenés que hacerlo sol@.
- No hay prisa, solo pequeñas acciones que te ayuden a sentirte cada día un poquito más segur@ en vos mism@.
Te invitamos a seguir trabajando estos temas y profundizando a través de sesiones individuales, o en la membresía grupal, donde todos los jueves tenés un zoom grupal con Gise.