Cuando hablamos de sanar, no solo nos referimos a enfermedades físicas o emocionales, sino también a todo aquello que nos limita, como la economía y el amor.
Lo primero que debemos saber es que nuestro inconsciente no distingue entre lo “bueno” y lo “malo”, sino que busca sobrevivir, protegiéndonos. Entonces, copiará modelos que resultaron de gran éxito biológico para nuestros ancestros o descartará conductas. Si investigas tu árbol genealógico, verás patrones que se repiten y con los cuales seguramente te sentirás identificado/a.
Pero vayamos un poco más atrás; venimos a este plano para trascender temas que no pudimos resolver en otras reencarnaciones, por lo tanto, es normal que nos acoja un sistema familiar acorde a lo que debemos aprender. En algún momento de nuestra vida, adoptamos creencias limitantes, sellamos pactos de fidelidad con antepasados y comenzamos a experimentar sus emociones.
Escuchar nuestros sentimientos es fundamental para poder sanar. Por lo general, tratamos de tapar lo que nos incomoda, creyendo que al evitarlo desaparecerá. Sin embargo, sucede todo lo contrario; cobra fuerza y se manifiesta en forma de autoboicot.
Cuando investigamos, descubrimos y liberamos esas emociones ocultas, entendemos por qué el inconsciente nos llevó por esos caminos. Nos liberamos de una mochila muy pesada. Cortar con estas lealtades familiares nos permite elegir, hacer algo diferente; es entonces cuando nuestra alma sana.
Somos seres regidos por el amor y debemos conectar con este sentimiento tan hermoso y profundo.
La vida es un regalo, una oportunidad. Toma todas las herramientas necesarias, ya sea de la mano de la espiritualidad, la medicina, la psicología o cualquier cosa que te haga bien, para disfrutarla, aprender y soltar lo que te lastima.
Tú tienes un gran poder creador; no permitas que nada ni nadie te arrebate el timón de tu vida. Lucha por tus sueños, hazlos realidad con tu hermosa luz.
Link al medio